Existen algunas herramientas muy útiles para todo al que le guste elaborar recetas dulces ocasional o habitualmente.
En primer lugar es conveniente disponer de elementos que ayuden a medir los ingredientes: una báscula para los ingredientes sólidos y una jarra para los líquidos.
Si no se tienen estas herramientas conviene saber que una cucharadita corresponde aproximadamente a 5 ml, una cuchara a 15 ml y una taza a unos 240-250 ml, pero hay que tener en cuenta que éstas son medidas aproximadas porque estos elementos pueden variar su volumen dependiendo del diseño. En cuanto al peso, una cucharadita son unos 3 gramos, mientras que una cucharada son unos 10-12 gr. dependiendo de los ingredientes.
Para batir masas de huevo (bizcochos, magdalenas...) es conveniente utilizar unas varillas, así que hacerse con una batidora de varillas es algo que ahorra mucho trabajo.
Para rebañar este tipo de masas, es decir, cuando las pasamos desde el lugar donde las hemos batido al molde donde se van a hornear, lo mejor es utilizar una lengua, ya que recoge mejor toda la pasta.
Para las masas estiradas (masa quebrada, galletas...) resulta útil tener un rodillo de cocina, pero si no se tiene ninguno a mano siempre se puede utilizar una botella de vidrio muy limpia y sin etiqueta.
En cuanto a los moldes, conviene tener de varios tipos (redondos, rectangulares tipo plum cake) y de diversos tamaños, pero destacar que son muy cómodos los desmontables. Para los muffins, magdalenas y cupcakes lo mejor es tener moldes adecuados, pues aunque se utilicen papelitos rizados de magdalena, si se introducen dentro del molde conservarán mejor la forma.
Por último destacar la utilidad de los elevadores de pasteles cuando se realizan glaseados y bizcochos rellenos.
Existen muchos otros útiles y herramientas que facilitan el trabajo, como los robots de cocina, pero éstos aquí comentados son baratos y fáciles de adquirir.