Se aproxima la noche de Halloween, y como se trata de una fiesta cada vez más extendida en varios países, aquí va una idea para transformar un sencillo bizcocho en una tarta con forma de murciélago.
La idea está sacada del primer libro que me regalaron mis amigas sobre decoración de pasteles (hace como un millón de años) y de hecho, esta tarta la hice ya hace varios años, cuando me iniciaba en el mundo de la decoración, así que resulta un pastel muy sencillo de realizar. El libro en cuestión es "Tartas de Fiesta Infantiles" de Anne Wilson.
Lo único que se necesita es un bizcocho redondo (ya enfriado) y un aro metálico de repostería.
Hay que realizar tres cortes con ayuda del aro a lo largo del bizcocho, tal y como se indica en el dibujo.
Se separan las dos partes del bizcocho formando un ángulo. Uno de los círculos se utilizará para la cabeza, otro, cortado por la mitad, para las orejas y el otro se desecha (es decir, nos lo podemos comer o utilizar para otra cosa como una mini tarta o para hacer cake-pops).
Y ya tenemos una graciosa tarta para la terrorífica noche del 31 de Octubre.