A muchos nos ha pasado que en nuestros primeros intentos de rellenar un pastel no hemos realizado el corte de un modo regular y al montar las partes del bizcocho una vez aplicado el relleno queda desnivelado, más alto por una parte y más bajo por otra. Para evitar esto muestro a continuación un pequeño truco para que el resultado final quede perfecto. Y MUY IMPORTANTE: los bizcochos hay que cortarlos una vez estén fríos.
En primer lugar, recomendar la utilización de un nivelador de pasteles para que el corte quede lo más uniforme posible. Si no se dispone de esta herramienta, lo mejor es utilizar un cuchillo de sierra (de los de cortar pan). (He de confesar que en mis inicios en la repostería no tenía ni lo uno ni lo otro y cortaba los bizcochos con un cuchillo jamonero...)
Una vez realizado el corte y antes de separar el bizcocho se coloca un palillo en uno de los laterales del bizcocho en ambas partes, uno sobre otro. Si el bizcocho se separa en más partes se procede de igual manera alineando varios palillos.
Se separa el bizcocho. Si se utiliza un elevador de pasteles la tarea resulta más fácil.
Se aplica el relleno con cuidado de que no se salga por los bordes y se vuelve a colocar la parte de arriba del bizcocho siguiendo el palillo como guía.
Por último se retiran los palillos y se finaliza la tarta (por ejemplo con una cobertura o glaseado).
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